Siempre se ha dicho que si hay algo que caracteriza a un escritor es su preocupación por contar una historia.
Pero quizá, y aunque contar historias sea esencial, hay otra vertiente que nunca debe olvidarse. Un escritor es una persona a la que le fascina encontrar la frase perfecta con las palabras perfectas.
Seleccionar las palabras y componer una frase poderosa es lo que distingue a un buen escritor de aquel que solo desea juntar palabras.
Ursula K Le Guin la reina de la ciencia ficción lo tenía muy claro:
"Un escritor es una persona que se preocupa por el significado de las palabras, por lo que dicen, por cómo lo dicen. Los escritores saben que las palabras son su camino hacia la verdad y la libertad, y por eso las utilizan con cuidado, con reflexión, con temor, con deleite. Al usar bien las palabras, fortalecen su alma. Los narradores y los poetas se pasan la vida aprendiendo esa habilidad y ese arte de usar bien las palabras. Y sus palabras hacen que las almas de sus lectores sean más fuertes, más brillantes, más profundas". Ursula K. Le Guin
El cuidado al usar las palabras
Puedo imaginarme a un escritor según Leguin como una persona que rebusca en un arcón lleno de palabras , la más adecuada para expresar lo que quiere, y que una vez la ha encontrado, la coloca despacio en su lugar, esperando a que encaje con un click, limpiándola despacio con un paño .
Leguin mezcla dos conceptos: el temor y el deleite. El miedo a equivocarse y el goce cuando se descubre que la elección ha sido la correcta. Quizá escribir sea el equilibrio de esas dos sensaciones. No se puede escribir con demasiado miedo al error, pero tampoco con indiferencia.
Dice otra cosa Le Guin interesante, y es que los escritores y los poetas se pasan la vida fortaleciendo esa habilidad. Como un levantador de peso nunca puede dejar de usar su fuerza si quiere conservarla e incrementarla, un escritor nunca debería dejar de buscar la expresión más brillante.
Por último Le Guin menciona el efecto que eso tiene en los lectores. La belleza ennoblece y mejora lo que toca. La contemplación de la belleza purifica el alma y la hace más poderosa. Tampoco un lector debería nunca dejar de buscar la expresión más brillante.