Verbos fuertes.
Nos salen sin darnos cuenta. Comenzamos a escribir y vamos dejando caer verbos genéricos, sin energía, sin fuerza, que no transmiten nada. Para paliar su debilidad los recargamos de adjetivos y de adverbios. ¿Y si en lugar de eso intentáramos utilizar verbos más fuertes?
Eso es lo que pretendo contar en esta entrada.
¿Qué son los verbos débiles?
Son todas las formas del verbo ser, como es, era, eran, soy, son, ha sido.
Y también son todos aquellos verbos tan habituales que no transmiten nada. Como estar, haber, tener, coger, hacer, ir, venir, decir, ver.
¿Qué verbos son fuertes?
Son aquellos que crean un sentido de acción específica y directa. Son palabras concretas que crean una imagen en la mente del lector. Concentran la atención en una idea. Suelen sustituir con ventaja a expresiones más genéricas y largas.
¿Cómo usar verbos Fuertes?
Cambia verbo débil + adverbio por un verbo fuerte. En lugar de cogió la cuerda fuertemente, puedes usar se aferró a la cuerda.
Evita la voz pasiva. “Había sido acusado por el profesor de mentir” puede ser sustituido por “El profesor le acusó de mentir”.
Elimina las palabras sobrantes. “Era el propietario de un burdel en las afueras” puede ser sustituido por “Regentaba un burdel en las afueras”.
Evita las fórmulas negativas. “No hizo ningún caso de su comportamiento” puede ser cambiado por “Ignoró su comportamiento”.
Los verbos fuertes y el contexto
Frente a los verbos débiles que pueden ser utilizados de forma genérica, los verbos fuertes tienen que estar adaptados a la frase que se va a utilizar.
Excepción al uso de verbos fuertes
En ocasiones es mejor que el verbo no llame demasiado la atención. Para Leonard para los diálogos es mejor usar siempre ( o casi siempre) el verbo decir. Un verbo demasiado específico distrae del diálogo.