Muchos escritores han dejado constancia de sus reglas para escribir. Aquí iré refiriéndome a muchos de ellos. Pero quiero empezar con Elmore Leonard. Las reglas de Leonard, como su escritura, son útiles y directas.
- Nunca empieces un libro hablando del tiempo. Los lectores están esperando encontrar a un personaje.
- Evita los prólogos. Pueden ser molestos, especialmente si es un prólogo que sigue a una introducción que va después de un prefacio.
- Nunca uses un verbo que no sea "decir" para llevar el diálogo. El diálogo pertenece al personaje, y el verbo es el escritor que mete su nariz allí. Al menos "decir" es menos invasivo que "murmuró", "advirtió" o "mintió".
- Nunca uses un adverbio para modificar el verbo decir. Olvida expresiones como " dijo con gravedad". Usar un adverbio así es un pecado mortal. El escritor se muestra a sí mismo, usando una palabra que distrae e interrumpe el ritmo del intercambio.
- Mantén tus exclamaciones bajo control. Tienes derecho a dos o tres cada cien mil palabras.
- Nunca uses la expresión " de repente" ni " se desató un infierno". Los escritores que usan ese tipo de expresiones tienden a usar las exclamaciones también de manera excesiva.
- Intenta usar el dialecto regional con moderación. Una vez que empiezas a usarlo es difícil parar.
- Evita las descripciones detalladas de los personajes.
- Evita descripciones detalladas de lugares y de cosas. No te interesa que detengan el ritmo de la historia.
- Corta aquella parte que los lectores tienden a saltarse. Piensa en lo que tú como lector te saltas: grandes párrafos de prosa con demasiadas palabras.
Pero para Leonard, la regla más importante venía después de esas diez: "Si algo suena a escritura, lo reescribo".